lunes, 28 de octubre de 2019

Supersticiones

Hasta al más escéptico le sigue entrando cierto reparo inevitable cuando ve cruzar un gato negro, al tener que pasar por debajo de una escalera o si por torpeza derrama un salero sobre el mantel. Si nos cuentan la desgracia de alguien, nos parapetamos tocando madera o cruzamos los dedos para que nuestros deseos se cumplan. Supersticiones incrustadas en el inconsciente del ser humano y que a día de hoy seguimos ejecutando casi como un acto reflejo. En este artículo enumeraremos y haremos una breve reseña del origen y significado de las 13 supersticiones más comunes todavía vigentes, o si lo preferís, 12+1, como diría Ángel Nieto…
De lado dejaremos otras supersticiones muy curiosas pero que, por su naturaleza, o han caído en desuso, o no están tan generalizadas. Nos referimos por ejemplo a las supersticiones de los entornos rurales (el canto del gallo a deshora o el ulular del búho, frente a los que había que derramar vino debajo de la mesa), supersticiones de la vida marítima (cortarse el pelo o las uñas durante la travesía marina), o supersticiones de sesgo machista (la menstruación femenina que desde Plinio arruinaba la fermentación del vino si la mujer se acercaba, o el llevar una mujer a bordo, que era símbolo de tragedia marítima).

Supersticiones de Mala suerte

Martes Trece

Esta superstición tiene su origen en La Última Cena, en la que Cristo anuncia a sus Doce Apóstoles su inminente crucifixión debido a la traición de uno de ellos. Desde entonces, se cree que cada vez que se sientan a cenar 13 personas, una de ellas morirá antes de un año. La maldición del martes viene por el Dios de la Guerra romano: Marte. El refranero español también se hace eco de esta superstición:
“En trece y martes ni te cases ni te embarques”
Tan arraigado está el martes y trece en la cultura occidental que incluso, como vimos en un artículo anterior sobre palabras curiosas, existe una fobia para designar la aversión a tal fecha: la parascevedecatriafobia.
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Un Gato Negro

Un clásico entre las supersticiones de mala suerte. A diferencia de la cultura egipcia, la cultura católica otorgó al gato negro un simbolismo negativo: el negro representa la noche, la encarnación del mal, el diablo. Cosa de brujas. Si un gato negro cruza en tu camino, ten cuidado, sin embargo, si el gato negro camina hacia ti significa que recibirás suerte y sabiduría.
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Derramar Sal

La sal fue siempre símbolo (pensemos en su tradicional uso para la conservación de alimentos) de incorruptibilidad y, por tanto, símbolo de las relaciones duraderas, que no se “pudren”. Si tenemos la mala suerte de derramar por accidente un salero, la tradición indica que debemos proceder a coger un pellizco de la sal derramada y arrojarlo a nuestra espalda por encima del hombro izquierdo, de lo contrario, nos arriesgamos a sufrir engaños y decepciones en nuestras relaciones personales.
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Pasar por debajo de una escalera

A pesar de que es una de las supersticiones de mala suerte más vigentes, su origen es algo confuso. Por un lado, la escalera se relacionaba con la muerte por el patíbulo, ya que por una escalera se subían los verdugos para colocar la cuerda de los ahorcados. Por otro lado, la tradición pictórica cristiana solía colocar a Lucifer agazapado mirando con maldad bajo la escalera que usaban en el descenso del cuerpo de Cristo. Otro posible origen tiene que ver con la condición sagrada y mística que siempre se otorgó al triángulo (el ojo de Dios o la Santísima Trinidad), y precisamente un triángulo es la figura geométrica que forma una escalera apoyada en una pared, por lo que se consideraba sacrilegio atravesar ese triángulo sagrado.
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Levantarse con el pie izquierdo

Desde muy antiguo, diversas civilizaciones y culturas han compartido la discriminación por los zurdos y zurdas. El movimiento solar es hacia la derecha, la mayoría de las personas son diestras, en la Biblia los santificados son los que están a la derecha de Dios e incluso, en términos lingüísticos, en latín, la izquierda se denominaba “sinester”, que significa siniestro. Es algo tan arraigado, que a día de hoy seguimos usando la superstición “levantarse con el pie izquierdo” para referirnos a un día en el que todo nos salió del revés.
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Vestir de amarillo

Esta es una de las supersticiones de mala suerte más recientes y proviene del mundo del teatro. Su origen está en la muerte del dramaturgo francés Moliere sobre las tablas el 17 de febrero de 1763, durante la representación de su obra “El enfermo imaginario”. Moliere, que padecía una avanzada tuberculosis, interpretaba precisamente el papel de enfermo imaginario, cuando un horrible ataque de tos y esputos de sangre comenzó a teñir la prenda amarilla que llevaba sobre las tablas. Moliere, aunque la leyenda dice que murió en el propio escenario, murió horas después en su domicilio. Aún así, el suceso provocó tal impacto que en el siglo XX, y en algo tan alejado del teatro como es el fútbol, un portero que marcó una época en el Atlético de Madrid lo hizo, entre otras muchas cosas, por desafiar la mala suerte con sus vistosas equipaciones amarillas.
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Supersticiones de Buena Suerte

Soplar una pestaña

En la Edad Media existía la creencia de que el Diablo coleccionaba pestañas, por lo que cada vez que a alguien se le caía una pestaña se consideraba un mal augurio. Para espantar la mala suerte, había que coger la pestaña, ponerla en el dorso de la mano y arrojarla por encima del hombro izquierdo, o bien ponerla sobre la punta de la nariz y soplarla. La creencia del diablo se ha perdido, pero actualmente seguimos conservando la superstición de pedir un deseo al soplar una pestaña caída.
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Tocar madera

Este acto, que a día de hoy hace que millones de turistas conviertan las fuentes emblemáticas en auténticos lechos de cobre, proviene de un antiguo rito adivinatorio mediante el cual se podía conocer si un deseo se cumpliría o no arrojando un alfiler o una piedra a un pozo. Solo si la inmersión producía burbujas, el deseo se cumpliría.
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Si te pitan los oídos

Actualmente, cuando nos pita un oído, enseguida lo achacamos a que alguien está hablando de nosotros, lo que no tenemos claro es qué oído es para bien y que oído para mal. Según la tradición, el oído izquierdo sería para el amor y el derecho para el rencor. Y si te pellizcas el oído derecho cuando éste te pita, se dice que el rencoroso murmurante se morderá la lengua.
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Soplar todas las velas de cumpleaños

Esta superstición completamente integrada en las costumbres actuales proviene de la Alemania de la Baja Edad Media. Fue en esa época cuando se empezó a instaurar la costumbre de colocar en los pasteles de cumpleaños tantas velas como años se cumplían. La singularidad que se ha perdido es que se colocaban tantas velas como años más una vela de más que simbolizaba la prosperidad del próximo año, y era la que resultaba fundamental apagar para obtener la buena suerte.
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Cruzar los dedos

Cruzamos los dedos cuando incumpliremos lo que juramos, cruzamos los dedos para protegernos de la mala suerte, y cruzamos los dedos cuando pedimos por favor que nuestro deseo se cumpla. El origen de esta superstición se remonta a una costumbre anterior a la era cristiana mediante la cual dos personas entrelazaban sus dedos índices para expresar un deseo y su juramento de ayudarse a cumplirlo mutuamente.
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Herradura de la buena suerte

Para terminar nuestra lista de supersticiones, os dejamos una curiosa historia sobre cómo la herradura se convirtió en un símbolo de buena suerte. Aunque ya desde tiempos de griegos y romanos, la herradura, por su forma de media luna y la capacidad de atracción del hierro, era considerada mágica, los cristianos europeos se adueñaron de esta superstición y atribuyeron su origen a San Dunstan de Canterbury, un monje y arzobispo inglés estudioso de la metalúrgica. Según la leyenda, Dunstan le colocó herraduras al Diablo y no se las quitó hasta que el Diablo le prometió que jamás se acercaría a alguien que tuviese una herradura. Dependiendo de la parte de Europa, para que la herradura dé buena suerte ésta debe colocarse con las puntas hacia arriba o, como en España, con las puntas hacia abajo.

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